sábado, 29 de agosto de 2009

EL ABANICO


Va un tipo donde el doctor y le dice:

Doctor, tengo el siguiente problema:

Cuando hago el amor con mi mujer, me da la impresión de que no siente
nada. Algunas veces incluso se duerme... ¡figúrese!

Eso tiene una explicación científica. Algunas mujeres cuando se
excitan se acaloran tanto, que les es imposible sentir nada. Trate de
hacerle el amor y abanicarla al mismo tiempo.

¡Gracias, Doctor! Y esa noche así lo hizo, pero cuando atendía al
abanico, no atendía a lo otro. Así que contrató a un negro para que la
abanicase, mientras él le hacía el amor.

Dale, negro. ¡Abanica! ¿Sientes algo ahora, mi amor? - No, nada.

¡Más fuerte, negro! ¡Carajo! ¿Y ahora, mami?

Nada, nada...

A ver, negro. Dame para acá el abanico y tu dale a ella. El negro se
pone encima de la mujer y empieza con lo suyo, mientras el marido la
abanicaba.


¿Y ahora, cariño, sientes algo?

¡¡¡Siiii... ahora siii... ahhhh... AHHHH...!

¿Ves, negro HIJO DE PUTA?

¡Así se abanica!

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